La pasada semana viajé a Francia junto con mi madre Gwenda y mi hermano Ivan para despedir a mi padre Jimmy, a punto de partir en su travesía alrededor del mundo. Deseaba conocer finalmente el Aventura Zero tras haber oído tantas cosas sobre la embarcación en el último año y me intrigaba saber cómo había evolucionado el concepto del Desafío El.Ca.No. Nos dirigíamos a La Grande Motte en el sur de Francia, donde tiene su sede el astillero de Outremer Catamarans y donde se ha construido el Aventura Zero. Faltaban pocos días para que la embarcación y su tripulación partieran rumbo oeste hacia Sevilla y la larga travesía alrededor del mundo.
A pesar de que todo el mundo estaba enfrascado en las últimas tareas y arreglos finales, encontramos un hueco para la ceremonia de botadura.
Siguiendo la tradición familiar, me tocó ponerle el nombre a la embarcación. Ya lo había hecho anteriormente con otros Aventuras, empezando con el primer Aventura en 1974, con tan solo 7 años.
El Aventura Zero, dotado de un pionero sistema de regeneración eléctrica, será el prototipo de un nuevo modelo de Catamaranes Outremer, el 4.Zero. Fue fantástico ver a todas las personas que han trabajado con Jimmy en el diseño, construcción y acondicionamiento, reunidas para la ceremonia de botadura.
El Aventura Zero es el ultimo retoño fruto de una larga y productiva colaboración entre Jimmy y Grand Large Yachting, que ya habían ideado con éxito anteriormente el modelo Garcia Exploration en el que Jimmy realizó la travesía del Ártico.
Mi hija Nera, que acompañó a Jimmy en su travesía del Paso del Noroeste, creó una mascota para la embarcación, un gato de la buena suerte.
Conocimos a la joven y entusiasta tripulación de Jimmy, y sentí una punzada de envidia porque mis compromisos domésticos me impedían echarme a la mar durante ocho meses.
Sin embargo, lo mejor de todo fue la oportunidad de salir a navegar. Con vientos ligeros sobre las resplandecientes aguas del Mediterráneo, el Aventura Zero nos sedujo a todos con sus líneas puras, su velocidad y su confort y el ronroneo gatuno de su sistema de propulsión, maniobrando de vuelta en la marina. Recordé mi infancia marinera, cuando el ruido del motor diesel ensordecía todo lo demás. Es reconfortante comprobar que nos espera un futuro libre de los ruidosos y contaminantes combustibles fósiles.